jueves, 3 de mayo de 2018

El escándalo de Luis Cernuda


En las largas tardes del verano, ya regadas las puertas, ya pasado el vendedor de jazmines, aparecían ellos, solos a veces, emparejados casi siempre. Iban vestidos con blanca chaqueta almidonada, ceñido pantalón negro de alpaca, zapatos rechinantes como el cantar de un grillo, y en la cabeza una gorrilla ladeada, que dejaba escapar algún rizo negro o rubio. Se contoneaban con gracia felina, ufanos de algo que sólo ellos conocían, pareciendo guardarlo en secreto, aunque el placer que en este secreto hallaban desbordaba a pesar de ellos sobre las gentes.

Un coro de gritos en falsete, el ladrar de algún perro, anunciaba su paso, aun antes de que hubieran doblado la esquina. Al fin surgían, risueños y casi siempre envanecidos del cortejo que les seguía insultándoles con motes indecorosos. Con dignidad de alto personaje en destierro, apenas si se volvían al séquito blasfemo para lanzar tal pulla ingeniosa. Más como si no quisieran decepcionar a las gentes en lo que éstas esperaban de ellos, se contoneaban más exageradamente, ciñendo aún más la chaqueta a su talle cimbreante, con lo cual redoblaban las risotadas y la chacota del coro.

Alguna vez levantaban la mirada a un balcón, donde los curiosos se asomaban al ruido, y había en sus descarados ojos juveniles una burla mayor, un desprecio más real que en quienes con morbosa curiosidad les iban persiguiendo. Al fin se perdían al otro extremo de la calle.

Eran unos seres misteriosos a quienes llamaban "los maricas".
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Luis Cernuda fue uno de los poetas españoles más destacados de la generación del 27.

Su padre era militar. Se educó en un ambiente muy rígido. Durante la guerra civil española, Luis simpatizó con la causa republicana y participó en el segundo Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia.

Con la derrota de los republicanos, Luis comenzó un largo exilio. Murió en México en 1962. No pudo ver a España libre de la dictadura fascista de Franco.

Luis era homosexual. Quienes lo conocieron lo describían como un ser muy tímido, hipersensible, solitario y angustiado por su orientación sexual. "Donde habite el olvido" (1934) es un libro desgarrador que aborda el fracaso amoroso.

Este poema lo leí en la Antología de poesía erótica de la Editorial Leviatán. La selección estuvo a cargo de Claudia Schvartz y se imprimió en 1988 en Argentina. Acá puedes leer mi comentario sobre esta obra.

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